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Evita el dolor de espalda con estos ejercicios

Evita el dolor de espalda con estos ejercicios

Al pasar los años muchas personas empiezan a sufrir regularmente de dolores en la espalda, especialmente aquellas personas que desempeñan labores de oficina y deben permanecer sentadas durante largas jornadas. Te contamos algunas de las mejores prácticas deportivas para cuidar tu espalda.

Si quieres cuidar tu espalda o buscas disminuir el dolor en la misma, las siguientes prácticas deportivas pueden ayudarte a mejorar físicamente estos aspectos.

  1. Tai Chi

Este antiguo arte marcial chino combina movimientos lentos con respiración profunda y concentración mental. El tai chi ejercita suavemente tu cuerpo a través de posturas que fluyen entre sí, lo que garantiza que estarás en constante movimiento mientras lo practicas.

Este ejercicio ejerce muy poca tensión en los músculos y las articulaciones, lo que lo hace seguro para la mayoría de las personas, independientemente de su edad o estado físico. Además, el tai chi no requiere equipo especial, es muy fácil de adaptar a tus necesidades específicas y se puede practicar tanto en interiores como en exteriores.

También hay diferentes formas de tai chi, algunas enfatizan el mantenimiento de la salud y la meditación, y otras enfatizan las artes marciales. Cualquiera que sea la forma en la que elijas concentrarte, dependerá de lo que esté tratando de lograr y de sus necesidades de salud.

Beneficios del Tai Chi para el cuidar tu espalda

El tai chi también beneficia a tu cuerpo al fortalecer los músculos del abdomen y las áreas pélvicas que desempeñan un papel importante en el apoyo de la espalda baja. También aumenta la conciencia de tu postura, lo que también ayuda a brindar apoyo a la espalda. Es probable que también obtengas una mayor flexibilidad y equilibrio, especialmente si trabajas día a día en una oficina.

Debido a que el tai chi requiere que enfoques la atención en tu respiración y visualices el movimiento del "chi" o energía a través de tu cuerpo, puede generar relajación al proporcionar distancia mental de tus problemas físicos. Esto también puede ayudar a reducir tu percepción del dolor al minimizar el estrés y la tensión.

  1. Yoga de bajo impacto

El yoga es un gran ejercicio porque es una terapia para la mente y el cuerpo que no solo puede tratar el dolor de espalda, sino también el estrés que puede acompañarlo y causarlo. Practicar yoga te permitirá ser más consciente de tu cuerpo, ayudándote a discernir dónde puedes estar reteniendo tensión y dónde puedes tener desequilibrios. Esta conciencia puede luego usarse para equilibrarte y alinearte.

Beneficios del yoga para cuidar tu espalda

El yoga tiene la capacidad de aliviar el dolor de espalda y mejorar su función, y también puede ayudar a reducir la necesidad de analgésicos de una persona.

Es posible que el yoga no sea una buena idea si sufres dolor de espalda severo, pero si luchas con un dolor de espalda agudo o dolores ocasionales, es probable que te beneficies de las posturas para alargar la columna, estirar los músculos y realinear la espalda.

Gracias al enfoque del yoga en el equilibrio y la estabilidad, su práctica alentará a tu cuerpo a cultivar defensas contra las causas del dolor de espalda, como la debilidad de los músculos centrales, la falta de flexibilidad de la cadera o mantener una misma postura durante largas jornadas.

Usar yoga para fortalecer los músculos mejorará tu postura, reduciendo la carga en la espalda y el dolor. Estirar los músculos también puede aumentar la flexibilidad al acelerar el flujo sanguíneo a los músculos tensos.

  1. Caminar

Andar es bueno para reducir el dolor lumbar porque mover el cuerpo al caminar permite que la sangre circule, transportando nutrientes importantes a los tejidos y acelerando la curación. Esta actividad también puede mejorar tu estado de ánimo, circulación, sistema inmunológico, calidad del sueño, niveles de glucosa y equilibrio.

Caminar también puede reducir el riesgo de enfermedad cardíaca, osteoporosis y Alzheimer. Ayuda específicamente a tu columna vertebral al hacer que la sangre bombee desde el corazón a través del centro de tu cuerpo.

Caminar puede considerarse un ejercicio completo porque el movimiento de las piernas requiere músculos de todas las partes del cuerpo. Al caminar, los músculos de la espalda trabajan constantemente para mantener una posición erguida. La circulación mejorada, junto con esta actividad muscular, ayuda a la curación y crea resistencia en los músculos de la espalda.

  1. Ejercicio acuático

El ejercicio acuático es muy bueno tanto para las articulaciones como para los músculos. Los entrenamientos acuáticos pueden ayudar a aliviar y prevenir el dolor de espalda cuando se practican de forma suave y segura. Estos son una gran opción también si trabajas sentado todo el día frente a un computador.

Esta actividad es beneficiosa independientemente de la edad y nivel de condición física y brinda muchas opciones para modificar tu entrenamiento según tus necesidades. Aunque generalmente es más suave para el cuerpo que hacer ejercicio en tierra, y aunque puede parecer más fácil, es igual de efectivo.

El dolor de espalda a menudo es causado por músculos débiles. El ejercicio acuático puede ayudar a prevenir esto acondicionando y fortaleciendo tales músculos y brindando un mejor soporte para tu columna vertebral.

Sin embargo, a diferencia del ejercicio en tierra, el ejercicio acuático proporciona al cuerpo una especie de cojín, lo que quita el estrés de tu espalda y lo ayuda a moverse con mayor libertad. Esto también minimiza el riesgo de lesiones.

Hacer ejercicio en el agua brinda apoyo al cuerpo porque el agua soportará hasta el 90% de tu peso. Esto le brinda la capacidad de hacer una gama más amplia de movimientos y de realizarlos más fácilmente que en tierra.

El ejercicio acuático también mejora el flujo sanguíneo a los músculos y la función del corazón. El flujo sanguíneo se mejora a través de la presión hidrostática del agua, lo que fomenta un flujo sanguíneo saludable a los músculos, y la función cardíaca y pulmonar mejora al obligarlos a trabajar más de lo habitual contra la presión del agua.

Hacer ejercicio en el agua también puede disminuir tu percepción del dolor al ayudar a relajarte. Esto puede aumentar la frecuencia y la duración de tus entrenamientos.

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