Detén las varices con esta rutina de ejercicio
Las venas várices pueden causar problemas más allá de una mala apariencia estética. Pueden ser muy incómodas y dar lugar a complicaciones más graves, a veces incluso llevar a una cirugía.
Afortunadamente, con ciertos ejercicio, puedes aliviar la aparición y la incomodidad de las venas várices en las piernas para que te veas y te sientas mejor, al tiempo que evitas potencialmente tener que visitar al cirujano.
Pero primero ¿qué son las venas várices?
Las várices son venas agrandadas que sobresalen de la piel, por lo general en las piernas. Se vuelven más comunes a medida que envejecemos, pero el embarazo también puede afectar su desarrollo.
A medida que la sangre fluye por nuestro cuerpo, nuestras venas llevan sangre de regreso a nuestro corazón y pulmones. Las válvulas evitan que la sangre fluya hacia atrás cuando se mueve contra la gravedad.
Cuando estas válvulas se debilitan en una condición conocida como insuficiencia venosa, generalmente por el desgaste general con el tiempo, la sangre puede acumularse en las venas, lo que hace que se abulten y se acerquen a la piel, lo que da como resultado venas várices.
Cómo el ejercicio adecuado puede reducir la apariencia y la incomodidad de las várices
Al hacer ciertos ejercicios, puedes mejorar el aspecto y la sensación de tus várices al reducir la hinchazón y mejorar el dolor. Los músculos de la pantorrilla actúan como bombas y sirven para mover la sangre de regreso desde los pies y las piernas hasta el corazón.
El ejercicio regular mejora la circulación general además de ayudar con el aumento de peso excesivo, otro factor de riesgo para las várices. Si bien el ejercicio no curará las venas várices, puede ayudar a mejorar tus síntomas y reducir el riesgo de desarrollar más.
Caminar, andar en bicicleta y nadar son excelentes ejercicios de bajo impacto que no dañan las articulaciones y ayudan a la circulación en las venas várices. Si recién estás comenzando, caminar es una excelente manera de empezar un régimen de ejercicios.
Cómo prevenir las venas várices a través del ejercicio
Muchos médicos recomiendan al menos 30 minutos de actividad física al día. Si es necesario, puedes dividir ese tiempo y hacer ejercicio durante 10 minutos, tres veces al día.
Camina
Caminar es muy beneficioso y, por lo general, seguro para personas de todas las edades y niveles de condición física. Las caminatas regulares pueden ayudarte a perder peso, mantener una presión arterial saludable y fortalecer huesos y músculos.
Montar en bicicleta
Andar en bicicleta es un ejercicio de bajo impacto. Al igual que caminar, puede aumentar la circulación y al mismo tiempo proteger las articulaciones. El ciclismo regular puede fortalecer los músculos de la pantorrilla y promover un flujo sanguíneo saludable. Se pueden utilizar tanto bicicletas tradicionales como estáticas.
Si no tienes acceso a una bicicleta, aún puedes estirar los músculos de las piernas recostándose boca arriba, llevando las rodillas hacia el pecho y haciendo un movimiento de pedaleo con las piernas.
Elevaciones de piernas
Los levantamientos de piernas son estiramientos simples que no requieren ningún equipo especial. Comienza recostándote boca arriba. Levanta una pierna a la vez. Mantén la pierna en el aire durante unos segundos antes de alternar con la otra. Este ejercicio puede ayudar a estirar los músculos de las piernas.
Muchas personas también practican levantamientos de piernas de pie. Además de estirar los músculos y mejorar la circulación, este ejercicio puede aumentar la flexibilidad de los músculos. Sostente de un objeto estable como una silla y extiende una pierna frente a ti. Mantén esta posición durante unos segundos y luego alterna las piernas.
Estocadas
Las estocadas trabajan muchos grupos de músculos diferentes en los pies y las pantorrillas. Cuando estos músculos son fuertes y saludables, pueden ayudar a que la sangre fluya en la dirección correcta. Comienza parándote con los pies ligeramente separados. Da un paso adelante y dobla la rodilla. Asegúrate de mantener la rodilla directamente sobre el tobillo. Mantén la estocada durante unos segundos, luego endereza y cambia de pierna.
Pies mecedores
Estirar los músculos de los pies también ayuda a mejorar la fuerza muscular y la circulación. Comienza descansando tu peso sobre la punta de sus pies durante unos segundos, luego baja el talón. A continuación, descansa tu peso sobre el talón y levanta la punta del pie. Puedes realizar este estiramiento de pie o sentado. Si estás de pie, asegúrate de agarrarte a un objeto estable para mantener el equilibrio.
Piernas al aire
Levantar las piernas puede ayudar a aliviar las piernas hinchadas o adoloridas causadas por el reflujo de sangre. Comienza recostándose boca arriba en el piso o en tu cama. A continuación, levanta las piernas en el aire. Si es necesario, apóyalas contra la pared. Mantén esta posición durante unos minutos y luego baja las piernas al suelo. Repite según sea necesario.
Cuando el ejercicio no es suficiente para el alivio sintomático de las venas várices
El ejercicio a menudo puede proporcionar un alivio significativo de los síntomas dolorosos de las venas várices, pero la actividad física por sí sola no siempre es suficiente para resolver los síntomas. Las venas várices pueden desarrollarse incluso si eres físicamente activo o activa y pueden progresar a pesar de un régimen de ejercicio regular.
Si está frustrado por las venas várices antiestéticas o dolorosas, lo mejor es que busques tratamiento médico para frenar el desarrollo de esta condición.