ENTRENAMIENTO FUNCIONAL: FUERZA, AGILIDAD Y RESISTENCIA.
Quizá hayas escuchado hablar sobre entrenamiento funcional debido a que es una tendencia fitness que está de moda, sin embargo, es importante comprender qué características debe tener un ejercicio para que pueda llamársele funcional y qué ventajas a nivel físico obtienes cuando entras en este concepto.
El entrenamiento funcional es diferente al entrenamiento convencional, debido a que en este último, los ejercicios que componen la rutina se enfocan en involucrar diferentes grupos o cadenas musculares, pero en el funcional, se entrenan músculos que se contraen y ayudan a mantener la posición o son estabilizadores; por medio de estos ejercicios, aprendes a realizar de forma correcta movimientos que luego haces en actividades de tu vida cotidiana como empujar, agacharse, halar o trotar.
¿Con qué elementos puedes entrenar?
Se pueden usar objetos que ya conoces como las superficies inestables, fitball, balón bosu, mini trampolín, balones medicinales, bandas de suspensión, escaleras de coordinación, conos, entre otros.
Cuando practicas ejercicio funcional, obtienes enormes beneficios físicos completos.
- Mejoras en reflejos a la hora de mantener el equilibrio en superficies fijas como en el caso del tenis, y en superficies móviles como una tabla de surf.
- Evita el desgaste de articulaciones y el roce de ellas. Ejercicios como sentadillas sobre el suelo y sin carga, te dan estabilidad articular.
- Estimula habilidades relacionadas con la fuerza, la resistencia, velocidad, coordinación, agilidad, flexibilidad y equilibrio.
- Se fomenta la tonificación muscular integral, que ayuda a evitar una descompensación en el cuerpo.
- Quemas grasa corporal y obtienes una figura más escultural.
- Puedes recuperarte de lesiones y mejorar la postura de tu espalda.
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